lunes, 15 de abril de 2013

Historial del Bull Terrier


James Hinks es el padre de la raza, nacido en 1829 en Irlanda en la ciudad de Mullingar, en una de las regiones más pobres del país, su padre, un zapatero de nombre John Hinks ganaba lo suficiente en aquellos días para mantener su familia sin morir de hambre, en 1851 decidieron mudarse a la ciudad de Birmingham, en un sector industrial, donde Hinks hijo comenzó a trabajar en las forjas y era afortunado de tener un trabajo y un salario estable, y este mismo año se casó con Elizabeth Moore y tuvieron tres hijos, el mayor, James II, una niña de nombre Mary y el pequeño Frederick. Ya para 1854 Hinks comenzó a comerciar con aves de corral, lo cual le dio un mejor estatus y como afición tenía la cría de aves ornamentales, ratones silvestres. Con su bulldog "Old Madman" comenzó en la crianza de perros, y su posición social y las comodidades para su familia mejoraron.
En 1858 nace un cuarto hijo, Alfred, y en 1864 ya la familia contaba con ocho hijos en total, no fue sino hasta la década del sesenta que Hinks apareció registrado en la guía de direcciones como un criador de aves y perros. Lamentablemente Hinks murió a la corta edad de 47 años, afectado por una mortal tuberculosis, pero su esfuerzo le llevó desde la parte más pobre de su natal Irlanda, hasta una más acomodada vida para su familia en Birminghan en Inglaterra, y su herencia según su testamento fue a manos de su esposa Elizabeth.
Pese a que se sabe muy poco sobre los cruces que Hinks llevó a cabo para conseguir los bull terriers, está documentado por Henry Walsh, que quizás Hinks usara el antiguo bulldog inglés, El english white terrier, El dálmata y quizás hasta el galgo inglés. Sin lugar a dudas fue su perro "Old Madman", quien siendo criado para las exposiciones y no para las peleas jugó un papel determinante en el nacimiento de la nueva raza. Como parte del folklore de la raza, se cuenta que la perra de Hinks, llamada "Puss", después de una exhibición o durante ella, combatió contra una perra pit de propiedad de Mr. Tupper y después de media hora, Puss retornó triunfante con unas pequeñas marcas en su hocico.
Entre 1855 y 1868 Hinks fue el propietario de al menos los siguientes perros: bull terrier “Spring” (Jerry x Daisy), “Bulldog Nettle” (Grip x Nettle), bull terrier, “Joven Puss” (Old Madman x Old Puss), el terrier, “Lady” (Stormer x Daisy), bull terrier, “Kit” (pedigrí desconocido), Dalmatian, “Spot” (Joss x Dinah) y un galgo inglés llamado “Dart” (Chap x Fly). Hinks incluso era el propietario de todos los padres de estos perros y cabe anotar que no sólo Hinks contribuyó al desarrollo de la raza bull terrier, sino todas aquellas personas que compraron sus cachorros blancos, y no fue si no hasta después de 1900 que se tuvo un bull terrier de color.
El legado de Hinks es conocido mundialmente, y sus hijos James II y Frederick, continuaron el trabajo de su padre incluso el hijo de James II, Carleton, fue un criador de la raza hasta su muerte en 1977. Siendo ésta la manera de honrar el apasionado trabajo de su abuelo y su amor por la exhibición, la crianza y por sus perros.


domingo, 14 de abril de 2013

EL GRAN MUNDO EXTERIOR

Los Bull Terrier tienen una gran necesidad de compañerismo humano y se les debería tener, estrictamente, como perros caseros y nunca atados con una correa fuera de casa. No toleran las temperaturas extremas (calor/frío) durante largos periodos. Si su perro juega fuera de casa sin la correa puesta, su jardín debe estar vallado o cerrado de alguna manera y de forma segura. Incluso los Bull Terrier adiestrados en obediencia no deberían ser sacados de su propiedad sin la correa puesta. Se les debería sacar a pasear, al tiempo que se les vigila, y llevando puesto una correa-collar estrangulador. Los Bull Terrier se pueden escabullir fácilmente de un collar normal, lo que puede resultar un desastre en una zona donde se puedan mover sin restricciones, ya que la primera cosa que hará su Bull Terrier es comenzar a cazar (cualquier bicho que pase, una ardilla que esté cerca, un conejo o, peor todavía, un coche).

EL BULL TERRIER EN SU HOGAR

No se puede subrayar suficientemente que el Bull Terrier es una raza muy especial y que tiene sus peculiaridades, su destructividad y sus patrones de comportamiento inherentes que pueden hacer que algunos propietarios de perros se vuelvan locos. El objetivo de este libro no es asustarle en su adquisición de un Bull Terrier, sino asegurarse de que esté al corriente de todo lo que acompaña a este perro, además de su hermosa sonrisa y su gran cabeza. Desgraciadamente, a demasiados Bull Terrier se les ha practicado la eutanasia a muy corta edad, ya que sus propietarios no estaban al corriente o no estaban preparados para la personalidad única de esta raza. En el lado positivo, la mayoría de expertos en Bull Terrier están de acuerdo en que si puede superar el primer año de vida con su Bull Terrier, estará usted enganchado de por vida.


TIEMPO DE JUEGOS CON SU BULL TERRIER

Sí, a los Bull Terrier les gusta jugar. Si le proporciona una pelota a su perro, asegúrese de que no se la pueda tragar. Las de tenis pueden quedar encalladas en la garganta del perro. Una de béisbol, de fútbol o de baloncesto le proporcionará horas de diversión, así como un juguete de goma que emita pitidos. Un juguete de plástico o de goma que emita pitidos puede ser comido en minutos por un Bull Terrier, en cambio, un juguete de goma dura o un hueso de nylon serán más seguros. No le proporcione un par de zapatos viejos, a no ser que quiera usted que cualquiera de sus zapatos se convierta en el juguete de su Bull Terrier.


viernes, 12 de abril de 2013

BullTerrier

Este can de piel blanca y un parche negro en un ojo, al estilo pirata; cabeza de huevo, cuello musculoso y orejas erguidas parece intimidar. Puede más su mala fama que su presunta agresividad.


BullTerrier Bebe